Poema

 La espera


Mientras camino por las mismas calles de siempre, recuerdo tu forma delicada de mirarme. Una mirada tímida que se esconde detrás de la indiferencia.


Sentir tus manos suaves acomodándome un mechón de pelo en esta misma esquina.


Escuchar la melodía de tu voz diciéndome que te vas a quedar un rato más. Que no te vas a ir. No ahora.


Oler tu aroma caramelizado que se impregna fuertemente en mi ropa. No te vas a ir. No ahora. Pero al lavar mi ropa vas a desaparecer por completo.


Todavía puedo verte pero ya no estás ahí. Te veo pero no estás conmigo. Te veo pero solo en mis sueños donde tu regreso es una ilusión.


Una ilusión donde me decís todo lo que no me dijiste. Todo lo que te guardaste por miedo a mi respuesta. Todo lo que está contenido por miedo a hablar y no poder volver atrás.


El tiempo corre y vos también. Todo queda indefinido. Me dijiste que te ibas a quedar un rato más. Que no te ibas a ir. No ahora.


Intento alcanzarte pero tu armadura es más grande que mi esperanza. 


Nadie me dijo esta tarde “que tu inquietud se aquiete con mi descanso o con mi acción”. pero dijiste, Ojos, que no hay prisa ni pausa y lo que no sale de tu boca no entra en la eternidad: que el instante tiene precio y lugar.


Te voy a esperar pacientemente en la cuidad de mi corazón. Donde camino por las mismas calles y te encuentro. Voy a recorrer los mismos recuerdos una y otra vez hasta que la historia tenga otro final. Hasta que la historia cambie. Hasta que vos cambies.


Te escribo con mi lápiz indeleble que no tiene marca, aunque yo esté marcada. Sálvese en mi la mirada, sálvese la palabra.


Comments

Popular posts from this blog

Cuento final

Diario

Autobiografía