Carta 2 - respuesta a San Martin
Mi estimado general:
Recibí tu carta con la misma mezcla de curiosidad y alarma. Tu propuesta, aunque tentadora como un atún fresco en medio del desierto, me obliga a rechazarla con todo el respeto que tu sable y tu ingenio merecen. Abrir una Escuela de Héroes Disfrazados suena un poco impráctico como pedirle a un pez que le enseñe a nadar a un pájaro. Algunos talentos, querido San Martín, simplemente no se enseñan. Tanto usted como yo, sabemos que nuestro talento mágico no viene de un libro o manual sino de nuestra naturaleza. Debo recordarte algo que ambos compartimos pero que rara vez confesamos, nuestro encanto reside en ser únicos. Agradezco profundamente tu invitación, y la copa de amistad que nos espera en el Café de las Sombras. Pero me verás llegar, no como futuro profesor, sino como el mismo gato de siempre. Libre, aventurero, y con las botas listas para seguir improvisando en lugar de institucionalizarme.
Con gran admiración, El Gato con Botas
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