Carta 3 - respuesta a Maradona
Mi querido Diego:
Soñé. Soñé que usted venía. Soñé que usted cruzaba el Bosque Encantado con la velocidad que usted tiene y la sonrisa intacta. Soñé que los ogros temblaban y el oro entre nuestras manos brillaba como el sol. Soñé que jugábamos juntos, usted y yo, como si el mundo nos quedara chico. Y cuando desperté, supe que no podía darme por vencido. Entiendo su rechazo, su deber, su pasión por la táctica y la patria. Pero Diego, Don Diego, usted no es de este mundo, igual que yo. Usted le ganó a los ingleses con una mano, y con la otra le acarició el alma al pueblo. Usted no juega por dinero ni por títulos: juega por lo imposible. Y esto, es eso. Es la última jugada imposible. Los ogros siguen apostando. El oro nos espera, te espera. Y yo, un gato con un sueño que cumplir, lo sigo esperando con los bigotes tiesos y las botas lustradas. Venga, aunque sea una noche, aunque sea un sueño, aunque diga que no. Porque hay cosas que solo pasan una vez pelusa. Como el gol a los ingleses. Como usted. Diego, esta carta no es un pedido. Es una profecía en donde usted gana. Usted vuelve a ser leyenda.
Con la pata en el corazón y la esperanza en tus bellos rulos, El Gato con Botas
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